jueves, 29 de enero de 2015

Solicitan campañas permanentes de prevención de desórdenes alimenticios

Ante el creciente número de jóvenes que padecen anorexia y bulimia, Rubém Benjamín Félix Hays solicitó campañas permanentes de prevención de todo tipo de desórdenes alimenticios.Indicó que en el país el número de transtornos alimenticios aumentó 300 por ciento durante los últimos 20 años.7 de cada 10 personas de hasta 24 años padecen bulimia o anorexia y a las mujeres son a las que más.Cada vez son más niños y adolescentes varones quienes sufren este tipo de problemas de salud.Según los propios datos de la dependencia se atendieron en hospitales públicos del país por rango de edad, de 1 a 4 años, cerca de 10 por ciento del total de registros.De cinco a nueve años hubo 99, de 10 a 14 sumaron 163 y de adolescentes de 15 a 19 totalizaron 171, que fue el de más casos.La Tercera Encuesta Nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en las Escuelas de Educación Media Superior reveló que  el 25 por ciento de las mujeres de entre 15 y 18 años dejaron de comer por 12 horas por miedo a engordar, el 13.6 por
ciento de los hombres de ese mismo rango de edad hicieron lo mismo para bajar de peso.En promedio uno de cada 10 varones de bachillerato recurre al ayuno como método contra el sobrepeso.Comentó que 28.8 por ciento de las mujeres y 18.6 por ciento de los varones encuestados aceptó haber tomado pastillas para bajar de peso, y una de cada 10 personas encuestadas entre hombres y mujeres dijeron haber vomitado para bajar de peso.Frente a esas cifras, el representante de Nueva Alianza enfatizó en la
importancia de que niños y adolescentes adquieran a través de campañas de prevención toda la información sobre los padecimientos de ese tipo.
Además, se deben contemplar sesiones para que los padres de familia estén alerta frente a cualquier síntoma.Planteó que aun cuando la anorexia y la bulimia son los trastornos que más padece el sector juvenil, existen otros como la ortorexia, la pregorexia, el del “comedor 
compulsivo”, o la rumiación, que pueden llegar a presentarse.Explicó que tanto la anorexia como la bulimia son trastornos derivados de alteraciones psicológicas que pueden llegar a tener graves repercusiones biológicas y fisiológicas para quienes la padecen.Por ello reiteró la importancia de implementar campañas desde el ámbito federal enfocadas en el sector salud y educativo para proporcionar información oportuna e integral a los jóvenes y sus familias.






jueves, 22 de enero de 2015

Identifican dos genes que aumentan el riesgo de trastorno de estrés postraumático

estres-postraumaticoCientíficos de la Universidad de California-Los Ángeles, han vinculado dos variantes genéticas al trastorno de estrés postraumático, lo que sugiere que una cuestión hereditaria que influye en el riesgo de que una persona desarrolle esta debilitante enfermedad mental. Los resultados de este trabajo podrían proporcionar una base biológica para el diagnóstico y tratamiento del TEPT de manera más eficaz en el futuro.


Dos genes asociados a la depresión



El TEPT es más común en los supervivientes con dos variantes de genes asociados con la depresión. En el estudio actual, se centraron en dos genes llamados COMT y TPH-2 que juegan un papel importante en la función cerebral.
COMT es una enzima que degrada la dopamina, controla los centros de recompensa y el placer en el cerebro y ayuda a regular el estado de ánimo. Un exceso de dopamina o un defecto puede influir en diversos trastornos neurológicos y psicológicos.


TPH-2 controla la producción de serotonina, una hormona del cerebro que regula el estado de ánimo, el sueño y el estado de alerta. Los antidepresivos llamados ISRS o inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, que fueron diseñados para tratar la depresión.
Los nuevos criterios incrementaron las estimaciones de la predisposición de una persona al TEPT al 60 por ciento, mientras estimaciones basadas en criterios antiguos alcanzaron sólo el 41 por ciento.
El trastorno de estrés postraumático probablemente lo causan múltiples genes y que se deben realizar más estudios para encontrar más genes involucrados. El TEPT afecta a aproximadamente al 7 por ciento de los estadounidenses y se convirtió en un problema de salud urgente al registrarse en un gran porcentaje de veteranos de guerra al regresar de prestar su servicio en Iraq y Afganistán.

Científicos rusos prueban remedio para combatir la depresión



Realizan ensayos preclínicos del fármaco TC-2153 para tratar la melancolía, la tristeza, el aburrimiento, la ansiedad o el estrés. Esperan que el nuevo antidepresivo constituya "un avance en el tratamiento de psicopatologías graves".


Los experimentos corren a cargo de científicos del Instituto de Citología y Genética junto con sus colegas del Instituto de Química Orgánica de Novosibirsk N.N.Vorozhtsov.


El fármaco ya ha sido probado en ratones de laboratorio y ha demostrado su eficacia. La nueva cura para la ansiedad y el estrés causa un efecto beneficioso sobre la serotonina.
El aumento de la concentración de serotonina en la sangre ayuda a hacer frente a la depresión.

jueves, 15 de enero de 2015

¿Qué pasa en el cerebro de las personas con ansiedad?



Algo característico de los trastornos de ansiedad es sin duda el miedo. Este produce angustia y no tiene una causa clara. Las zonas del cerebro son claves en la producción del miedo y la ansiedad:la amígdala y el hipocampo.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                        La amígdala se encarga de alertar al resto del cerebro de posibles amenazas y de activar una respuesta de miedo o ansiedad. El hipocampo, se encarga de  almacenar los sucesos peligrosos en forma de recuerdos.
La sensación de miedo es algo adaptativo, nos protege de peligros. Pero en las personas con trastornos de ansiedad esa emoción es desproporcionada y en muchos casos generalizada. La hiperactividad de la amígdala lleva al desarrollo de los miedos fóbicos.

Un estudio que acaba de publicarse podría ayudar a explicar cómo se pasa de un miedo normal y adaptativo a otro generalizado y disfuncional. La sensación de miedo es una cuestión de números y depende de una votación “democrática” entre nuestras neuronas, que de forma individual son capaces de distinguir lo que supone una amenaza y lo que no.               Si la mayoría se alarman, sentimos miedo.
 En la amígdala hay una minoría de neuronas muy temerosas, a las que cualquier señal del entorno les lleva a transmitir una señal de pánico. La mayoría solo se “alteran” y mandan señales de miedo cuando hay una causa justificada.
Neuronas “miedosas”

Había un pequeño número de neuronas que no tenían esa capacidad de distinguir el sonido amenazante del que no lo era y que se alteraban en ambos casos. A pesar de ello se imponía la opinión de la mayoría de las neuronas.
Cuando la descarga eléctrica que acompañaba al sonido peligroso se volvía más fuerte,  perdían su capacidad de distinguir entre los dos sonidos. Ante un daño potencial mayor, lo mejor es tomar medidas de precaución mayores y no fiarse de ningún ruido.
La actividad eléctrica en la amígdala, había cambia por completo. Ahora, las neuronas responden de forma alarmante tanto al sonido inocuo como al amenazante. Una gran parte de las neuronas han perdido la capacidad de distinguir lo verdaderamente peligroso y se habían convertido en mayoría. Y eso llevaba al comportamiento de “más vale prevenir”.
Ante una situación de amenaza intensa, las mismas neuronas que discriminaban los sonidos ahora ya no eran capaces de hacerlo o mejor dicho eran la causa de la tendencia a apostar por lo seguro para no correr riesgos . Un comportamiento de conservación surgen directamente de la actividad eléctrica de las neuronas.


Trastorno de ansiedad





La mayoría de las situaciones que nos provocan temor en la vida diaria son aprendidas. Colgamos la etiqueta de peligrosas a situaciones que nos han provocado daños físicos y eso constituye una respuesta adaptativa . Etiquetamos de igual forma a las amenazas psicológicas con las que no hemos sabido lidiar adecuadamente.
En ocasiones nuestro cerebro no responde adecuadamente y todo le parece peligroso. Quienes lo padecen sienten temor ante cosas que no son en sí amenazantes en absoluto. Les limitan mucho en su vida diaria. Sus neuronas podrían haber perdido su capacidad de discriminar las amenazas.